La presidenta de la Asociación de Familias Numerosas en Madrid, María Menéndez, expuso su preocupación por la baja tasa de fecundidad que actualmente presenta la Unión Europea, por no existir un panorama óptimo ante el desarrollo generacional de la sociedad.
Evidentemente hoy en día hay una gran ausencia de valores y creencias de las primeras generaciones europeas, las cuales tenían bien afincadas sus raíces cristianas, que se preocupaban por la formación familiar como base para una sociedad próspera.
Sin embargo, la civilización dio un giro cultural dejando a un lado el valor de la procreación y enfocándose más bien en la promoción al aborto, convirtiéndose en una sociedad fría, orientada en solo pensar cómo obtener más bienes materiales y un estilo de vida ostentoso y lapidando aspiraciones más humanas, como es el caso de crear una familia.
“La concepción de la supremacía del Estado omnipresente por encima de la dignidad y libertad de cada ser humano, resulta contraria al Derecho natural del Cristianismo. La filosofía desde el punto de vista materialista transforma al hombre en un ser impersonal y lo lleva a ser una máquina, algo que rechazamos totalmente”, consideraba Adenauer, quien es reconocido como uno de los padres de Europa.
María Menéndez indicó que así sucede, pues en Europa se fortaleció la filosofía materialista, en la que consideran los derechos laborales por encima de los derechos familiares.
Realmente no consideran que la formación de familias sea valiosa. Lo importante es el aporte fiscal con la recaudación de impuestos y preocupa no contar con las nuevas generaciones con la capacidad de encargarse del legado europeo.
Relevo generacional
Es lamentable como desde hace varias décadas, la tasa de fecundidad se fue al declive, al punto de no existir seguridad si algún país europeo pueda garantizar el relevo de futuras generaciones y contar con una sociedad de jóvenes que deseen trabajar por el porvenir económico y social de la Unión Europea.
Los europeos no se han dado cuenta que a medida que pasan los años nacen menos niños y aumenta el porcentaje de jubilados. Convirtiéndose en un conjunto de países cada vez más envejecido, con ciudadanos menos activos y tristes.
Por tal motivo, se realizó la divulgación de la propuesta de Estrategia de Fecundidad, presentada por las familias numerosas. Estos núcleos familiares sí apuestan por el futuro y se preocupan por sus generaciones y legado, colaborando con la primavera demográfica.
Muy diferente es lo que se realiza actualmente en España con la reforma del Pacto Toledo que lleva el PP con el fin de “asegurar un sistema que garantice el bienestar”, un sistema que el invierno demográfico hace poco posible. Solo se les ocurre elevar más los impuestos para aumentar la recaudación y asfixiar a las familias, argumentó Menéndez.
Estabilidad económica vs. desarrollo social
Hoy en día no existe en España alguna propuesta contundente que frene este declive demográfico, y que ayude con la promoción de crecimiento familiar, resguardo ante la experiencia de maternidad y la natalidad.
Solo se premia la dedicación laboral y desarrollo profesional. Como si la familia no fuera un entorno social que aporta valores, normas y costumbres para un ciudadano óptimo.
De esta manera, la Estrategia de Fecundidad desea crear un documento para detener el declive de la natalidad en la Unión Europea y ayudar a mejorar la competitividad internacional y cohesión social, con el objetivo de que la sociedad no se enfrente a la disyuntiva entre enfocarse en su estabilidad financiera o desarrollo familiar.
“Llevamos varios años apostando por la asociación de familias numerosas en Madrid para hacer frente al terrible invierno demográfico, ofreciendo como solución el apoyo, promoción, defensa y protección a todas las familias y de esta manera incentivar la natalidad en nuestro territorio”, señaló la presidente de la asociación.
Se debe tener en cuenta que en la familia es que se forman los niños, se crían, se sienten seguros y construyen sus bases principales. Además, el espacio en que los padres tienen la oportunidad de acompañar a sus hijos en su proceso de crecimiento y fortaleciendo su madurez.
Por este motivo existe la esperanza que esta petición sea aprobada y que todos los países miembros de la Unión Europea deseen trabajar juntos para garantizar un futuro próspero, dinámico y productivo.
